INVENTOS E INVENTORES: Historia de los inventos: La electricidad - 3ª parte

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Inventos e inventores

HISTORIA DE LOS INVENTOS

Fuente: Revista "Sucesos"

La electricidad - 3ª parte


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La famosa botella de Leyden

os rápidos progresos realizados en el conocimiento de la electricidad durante la primera mitad del siglo XVIII llevaron a la certeza de que, a pesar de su apariencia imponderable, el fluido eléctrico era un agente manejable sometido a leyes aún ignoradas, pero factibles de ser descubiertas mediante experimentos.

Asimismo, de las experiencias efectuadas en laboratorios y salones surgió la idea de que era posible almacenar o recoger de una manera práctica la electricidad, y a ello se encaminaron todas las investigaciones. Es así como se creó la famosa botella de Leyden, inventada simultáneamente en 1745 por un pastor luterano alemán, E. C. Kleist, y un hombre de ciencia holandés, Van Musschenbroek, de Leyden. Kleist, a la sazón obispo de Pomerania, buscando la manera de aislar el fluido eléctrico llenó parcialmente de agua una botella y, sosteniéndola con la mano, la conectó a una máquina eléctrica por medio de un hilo de bronce unido a un tapón.

En el momento en que alejaba el receptáculo recibió una descarga tal, como nunca antes nadie la había recibido, y que le "paralizó los brazos y los hombros". La experiencia de Van Musschenbroek, llevada a cabo con su discípulo Cuneus, fue muy similar, por no decir igual: también ellos trataron de cargar una jarra de agua llena hasta la mitad, y la unieron a una máquina eléctrica por medio de un conductor de metal pesado, recibiendo una violenta descarga.

BOTELLA DE LEYDEN recubierta interior y exteriormente de metal
BOTELLA DE LEYDEN recubierta interior y exteriormente de metal

Si bien el aparato se había logrado al unísono en Alemania y Holanda, fue este último país el que se llevó las palmas del invento, y por una razón muy sencilla: mientras Van Musschenbroek estaba considerado como un físico eminente, Kleist era casi desconocido como investigador. Así, nadie se preocupó de la "botella de Pomerania, sino que todo el mundo empezó a hablar de la "botella de Leyden", y con ese nombre quedó hasta el día de hoy.

La botella de Leyden no era otra cosa que un condensador, término propuesto por Volta años más tarde. Posteriormente, el aparato fue perfeccionado y se transformó en una vasija forrada con papel de estaño hasta la mitad, llena de hojuelas de oro y tapada con un corcho atravesado por una varilla de latón o cobre, reemplazándose así el agua, la que pasó a ser superflua.

El gran aporte de Franklin

La botella de Leyden se difundió rápidamente, y sus descargas -poco más que un relámpago de electricidad "estática", se convirtieron en uno de los principales temas de conversación de la época. Nollet, el mismo que experimentaba con Dufay, fue el primero en realizar, en París, demostraciones de la famosa vasija y su "gran poder de acumulación".

La gente hacía cola frente a su casa, desde las primeras horas de la mañana, para recibir la que consideraban una "deliciosa' descarga. Las exhibiciones no tardaron en transformarse en un verdadero juego, que se propagó bajo mil formas ingeniosas. Así, una compañía completa de guardias del rey de Francia recibió, en una oportunidad, la descarga, y voló como un solo hombre, ante la mirada complacida del monarca Luis XV. En otra ocasión, Nollet penetró en un monasterio, y después de alinear a todos los monjes de la congregación en una sola e interminable fila, y unir a cada uno de ellos con su vecino mediante un hilo metálico, logró que todos recibieran la descarga simultáneamente y se zangolotearan al unísono por los aires. La electricidad necesaria para este tipo de experimentos era obtenida por una batería de botellas de Leyden conectadas.

GENERADOR DE ENERGIA. Una máquina rodante que produce electricidad por fricción.
GENERADOR DE ENERGIA. Una máquina rodante que produce electricidad por fricción.

A todo esto, el célebre norteamericano Benjamín Franklin se colocaba a la vanguardia de las investigaciones sobre electricidad. Rechazando la teoría que reconocía la existencia de la electricidad "resinosa" y la "vítrea", Franklin descubrió, en 1746, que se trataba sólo de dos aspectos de la misma fuerza, a los que llamó "positivo' y "negativo', términos que se han seguido utilizando hasta la actualidad. Posteriormente, en 1753, el mismo Franklin inventó el pararrayos, el cual vino a demostrar fehacientemente que el relámpago era electricidad, y abrió el camino para que otros investigadores lograran cargar sus baterías mediante electricidad atmosférica.

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